El barco Marine I con 369 personas a bordo se mantuvo fondeado una semana, hasta que el gobierno español negoció con Mauritania el desembarco de todas estas personas en el puerto de Nouadhibou.
Después de tres meses, aún quedan 23 personas que se negaron a firmar su repatriación voluntaria. Estas están recluidas bajo el mando de las autoridades españolas en un hangar de pescado, durmiendo en el suelo y sin haber salido al exterior.
Nadie les ha informado sobre sus derechos ni qué ley les ampara. Tampoco se les ha facilitado el acceso a un procedimiento de asilo con todas las garantías a pesar de que todos han mostrado temor por sus vidas en caso de volver a su país de origen.
Según Médicos del Mundo, que les atiende desde el primer día, estas duras condiciones y la incertidumbre sobre su futuro, están afectando seriamente a su salud mental.
No permitais que el estado español mantenga este limbo jurídico.
¡Actuad!
Muchas gracias por vuestra solidaridad y apoyo.
Esteban Beltrán
Director Amnistía Internacional
PD: Por favor si podeis, reenviad este mensaje a vuestros contactos. Gracias.
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